Reconcíliate contigo 

En cuanto a gestión emocional hay una parte bien importante y es la de reconocer que no hay una sola emoción que no emane de ti. Todas nacen de ti. La cuestión es que muchas veces, conviertes las emociones desagradables momentáneas en un estado anímico continuo. 

Y generalmente dichas emociones están relacionadas con otras personas y sin darte cuenta les estas dando el poder de que cada vez que interactúan con ellas, revives ese “estado anímico” generando en ti un malestar, creyendo que dichas personas tienen “la culpa” de lo que tu sientes.

Cuando en realidad tu eres quien decide como sentirte delante de determinadas personas, y de ti depende sentirte bien ó sentirte mal, no depende de nadie más. 

Esto es algo muy frecuente cuando sientes rabia por algo que te hizo alguien. Te sientes molesto, en algún momento determinado. Pues bien; lo curioso de este asunto es que esa rabia, habita en ti desde hace ya tiempo, y lo sucedido con dicha persona, en muchas ocasiones es simplemente una excusa para manifestar lo que tu ya llevas dentro. 

Es importante comprender que no hay que generalizar, porque muchas veces te molestas y con justa razón y por cosas muy puntuales. Pero bien es cierto que cuando este comportamiento es muy repetitivo, es decir; que sueles estar molesto más de lo normal, por cualquier cosa y cada rato, ahí hay algo que analizar.

Así es de que si sueles ser de esas personas que se molestan más de lo normal, y que muchas de las cosas que los demás hacen te molestan, sin incluso tener nada que ve contigo, tendrías que revisar que es lo que sucede dentro de ti, contigo. 

La rabia es una emoción que se manifiesta de forma fácil, y va acompañada generalmente de queja y de la critica de los demás. Entonces es muy fácil detectarla, pero más allá de esto, es que la gran mayoría de veces es algo que no has resuelto contigo mismo. 

Por el contrario, cuando tu estas en paz contigo mismo, es poco probable que te fijes en los que hacen los demás, y si hay algo que no te gusta, reaccionas de una forma diferente y es cuando practicas otro tipo de emociones, como la empatía y la tolerancia. Y no vociferas sino que toleras y empatizas con el otro. 

Entonces por esta razón es de suma importancia reconciliarte primero contigo mismo, que comiences aceptar cuales son tus defectos, para no verlos reflejados en otros y que te generen malestar. Porque lo que te molesta de otros es simplemente el reflejo de lo que aún no has resuelto en ti. 

¿Qué esperas para hacer una lista de tus defectos?

Escrito por Erika Zárate Educadora Emocional y madre de 3 hijas.

Antes de la cuarentena era especialista en limpiar mocos y preparar espaguetis a la boloñesa en 20 minutos y me siguen quedando buenísimos.. pero es que ahora me he vuelto experta también en tortitas (pancakes) de chocolate para desayunar y en maga, porque convierto el tiempo en vida.

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