Esta es la típica frase de toda la vida, muchas personas la tienen metida más allá de su torrente sanguíneo, incrustada en lo más profundo de su memoria genética. Y es que específicamente en este caso hablo de que toque la famosa lotería.. ese “sueño” de muchos y de muchas, por suerte no de todos.
Claro está, que es una frase aplicable a cualquier situación de la vida…
seré feliz cuando termine mi carrera,
seré feliz cuando tenga un trabajo estable,
seré feliz cuando me case,
seré feliz cuando mis hijos se gradúen,
seré feliz “cuando” …
Es como si la felicidad fuera un sitio, al que llegarán algún día, pero cuidado vas y tomas un atajo y llegas más pronto, o peor aun ten cuidado y decides adelantar el viaje y llegar hoy mismo, eso es un pecado mortal.
Sí y es que, son pocas las personas que nos atrevemos a decir que somos felices, aquí y ahora; pero aún así no falta quienes cuestionan esa felicidad tan particular:
¿Como puede ser eso posible?
¿Tú, feliz? … eso no puede ser.
Ser feliz es muy simple y no depende de la lotería, de hecho yo ni la juego. Ser feliz es una decisión y como a la mayoría de las personas les gusta complicarse la vida, lo más fácil es tener una excusa para no “llegar” nunca a ser felices convirtiendose así en las víctimas de su propia existencia; esto es más fácil, es cómodo.
Lo incomodo es decir que eres feliz, que estas a gusto con todo, agradecido o agradecida, que disfrutas y aceptas la vida tal y como es, imperfecta con sus pormenores cotidianos, que tienes salud, que la felicidad son momentos, no cosas y además es un concepto muy subjetivo, cada quien tiene su propia definición y es totalmente válida.
También eres feliz cuando disfrutas y valoras a los seres que tienes a tu lado que son como llamas de fuego en medio de un gran viento llamado vida que un día se apagarán, como nos pagaremos todos…
Y de verdad.. ¿Tu todavía estas esperando ganarte la lotería para disfrutar de todo esto?
Photo Credit: Isabel Buesa