Tenemos prisa hasta de que nuestros hijos crezcan

Pluto

El otro día estaba en el parque con mis nenas y la mayor que tiene 11 años estaba, como es normal jugando con amiguitas de su edad trepadas en un columpio, disfrutando y compartiendo; la abuela de una de ellas que estaba a mi lado, tenía un poco de prisa y comenzó a llamar a su nieta pero esta no le hacia mucho caso…

Después de un rato, su abuela algo molesta y cansada de insistirle que tenia prisa, le dijo:

  • ¡Venga “fulanita” vamonos ya! ¡Que tu ya estas mayor para estar ahí jugando!

…No es la primera vez que me topo con este tipo de situaciones y más con mi hija la mayor, que comprendo que esta en una edad de muchos cambios, donde el proceso natural de la vida es crecer. Pero la cuestión no es esa, es la manera tan arbitraria en la que se arrebata la poca infancia que tiene el ser humano, donde su vida adulta es mucho más larga que la niñez, y aún así insistimos a toda costa en fulminarla, como si de una plaga se tratara.

No se trata de que no las dejemos madurar ni mucho menos, pero vamos a ver, si tu nena esta aún a gusto jugando con muñecas a los 11 años, pues ¡oye déjala que disfrute!.. te aseguro que no llegará a los 18 con el mismo comportamiento, pues cada ser humano madura a un ritmo diferente y la adultez es suficientemente larga y con muchas responsabilidades como para andar metiendo prisas en este aspecto.

Tal vez no nos damos cuenta de la importancia de una infancia feliz y duradera como base fundamental de una vida adulta plena y es por esta razón que muchas personas llevan consigo vacíos de su niñez,  porque su infancia a lo mejor no fue la más aprovechada y esto es más común de lo que parece y aún así tendemos a repetir estas conductas inconscientes con los más pequeños.

Es curioso pero conozco muchas personas, que como yo no han dejado de ser niñ@s. Porque son conscientes de que la infancia es ese estado mental tan bonito y tan mágico que te transporta y en el que nunca dejas de sorprenderte por las cosas más simples de la vida, porque sabemos que  es ahí donde reposa lo más ingenuo de nosotros mismos y que aflora cuando conectas con tus peques y te sumerges en sus juegos, en sus risas pues es en esos momentos donde transcurre la vida.

De ahí la importancia de dejar que nuestros hijos disfruten al máximo de su infancia, que la expriman hasta hartarse de ¡¡correr, saltar, imaginar, gritar!!… por que son estas pequeñas cosas lo que hará de su infancia algo para recordar y para revivir cada vez que se les venga en gana.

Porque la vida es ese juego que hay que tomarse muy en serio.

¡Que tengas un día muy juguetón!

Photo Credit: srgpicker 

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