Con los tiempos que corren a día de hoy es muy común encontrarse con personas que no se habitan, que no están, que se encuentran vacías de sí y que por el contrario están llenas de culpabilidades, malos recuerdos y rencores que vivieron en un pasado que ya no existe y al cual viven aferradas en su día a día.
En realidad son pocas las personas que se dan el lujo de estar habitadas por si mismas, que están llenas de amor propio con la certeza de estar donde es, donde se tiene que estar y se debe estar para poder dar lo mejor de sí y desde luego para poder recibir. Estas personas saben que es dentro de ellas mismas donde está todo el amor que necesitan, está toda la confianza, la alegría y todas esas cosas bonitas que no se mendigan ni se buscan en otras personas.
Son personas que saben que la belleza no está en el aspecto físico, ni en lo que posees, sino que está por dentro, pues están llenas de sí y es esto lo que las hacen especialmente atractivas.
Y es que habitarse requiere un esfuerzo que muchas personas no están dispuestas a hacer, porque prefieren lo fácil y lo fácil es buscar en otras personas lo que ellas mismas no tienen; con la mala fortuna de encontrar a otras personas iguales a ellas.
Consiguiendo así que estén en un circulo sin salida, hasta que llega el día donde no hay más remedio y se tienen que enfrentar a sí mismas y vivir lo que han estado evitando durante toda su vida, el esfuerzo de cambiar para mejorar, porque es un trabajo que no todo el mundo esta dispuesto a experimentar.
Porque los cambios duelen, no son agradables, son incomodos, te sacan de tu zona de confort y requieren que seas consciente de ti y de tus actos; es decir requieren que estés habitado de ti y de nada más. Por esta razón es importante que analices en donde estás tú, si estas dentro o fuera de ti, si quieres que te sigan habitando o prefieres de una vez por todas habitarte y estar lleno de tu ser.
¡Que tengas un buen día!
Photo Credit: Agustin Ruiz
