La ternura se extingue

Hay algo que corre más peligro de extinción que el lince y los osos polares, la ternura.

Bueno en realidad con lo tiempos que corren o por lo que “aparentemente se ve”, hay tantas cosas que se están perdiendo y pareciera que se van desvaneciendo con el tiempo, que ya he  perdiendo la cuenta, tal y como es el caso de algunas emociones que también parecieran que corren peligro de extinción.

Sin ir muy lejos y a simple vista, se nos están desvaneciendo la sensatez, la honradez, la tranquilidad, la delicadeza y si te descuidas hasta el amor, pero más grave aún el amor propio.

Sin duda alguna estamos en una época de analfabetas de amor propio. Pero es que..

¿Acaso alguna vez lo haz tenido amor propio?

¿Cómo se puede extrañar algo que nunca se ha tenido?

Una sociedad sin amor propio, es una sociedad vacía, enferma,

quien no se tolera a sí mismo y se maltrata,

quien no emana ternura es un ser vacío, lleno de nada. 

Y si por casualidad te encuentras algún día a alguien que posea todo esto ¡cuídale! es una especie en vía de extinción, haz encontrado un tesoro, un refugio, un sitio seguro y te aseguro que de allí no se regresa.

Estamos tan enfocados en tonterías cotidianas, que es como si la ternura se desvaneciera entre los dedos y me niego a vivir sin ternura.

Me niego a vivir sin los abrazos de la abuela

Me niego a vivir sin manteles hechos a mano

Me niego a vivir sin los besos de mi madre

Me niego a vivir sin besos

Me niego a perder la paz que habito y el mimo

Me niego a vivir a la defensiva y a ser alimento de conflicto

Me niego a acelerar la lentitud del caminar de un bebe 

Me niego a perderme el florecimiento de la primavera

Me niego a sorprenderme del descubrimiento del mundo a través de los ojos de un bebé

Me niego a saborear las comidas familiares hechas por la abuela

Me niego a miles de cosas, me niego…

Estamos en una crisis peor que la inflación, se llama falta de ternura y no necesitamos ninguna estrategia organizada para recuperarla, es simple, quítate los guantes, solo basta con abrazar al que tienes al lado, desarmarte y darle muchos mimos. Esto además de ser sano para ti, que ya es bastante, tiene altos beneficios para tu entorno, genera paz y te recuerda que no, no somos robots, somos seres humanos con sed de ternura. ¡Y mucha!

Escrito por Erika Zárate Asesora Emocional y madre de 3 hijas.

Para mí la vida está hecha de buenas conversaciones, de palabras bonitas, de besos y abrazos espichaos.

Te acompaño para que aprendas a hacerte cargo de tus emociones por medio de Asesorías Emocionales 

Me encanta ESCUCHAR, si quieres que hablemos ponte en contacto conmigo.

Soy toda oídos, escríbeme a hablemos@erikazarate.com

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