Es curioso pero una de las cosas que más nos cuesta asumir son nuestros defectos; que por cierto son una parte tan natural como comer. Estamos cada vez más acostumbrados a una perfección inexistente, que es antinatural y absurda.
Todavía vivimos en una sociedad que está convencida de que los errores deben ser castigados. Menos mal las cosas han ido cambiando y estamos evolucionando en este aspecto; porque no hay una mejor forma de corregir un error que con la comprensión y aceptación del mismo.
Tema que por cierto, da para otro post más adelante, pero por hoy nos centraremos en las consecuencia que este tipo de comportamientos genera inconscientemente; el hecho de no ver, aceptar y reconocer en ti mismo, tus propios defectos, como algo natural que hace parte de la vida.
Es curioso, porque cuando le pido a mis client@s que hagan una lista de sus cualidades y de sus defectos, estos últimos no les cuesta nada; y por el contrario la lista de cualidades siempre les cuesta más.
Pero aun cuando aceptas y sabes que defectos tienes, es realmente incómodo cuando por alguna razón surge una discusión y alguien va y te lo dice en la cara, y hasta de mala manera.
¿Qué mal sienta esto verdad?
Pero sienta peor el hecho de que te diga algo que desconocías de ti mismo. Eso te derrota, te desarma y hace que analices de una u otra forma eso que te han dicho, para llegar a la triste conclusión de que esa persona tenía razón y que la forma en la que te has enterado no fue nada agradable.
Por eso es de suma importancia que te tomes un momento de tu vida, para autoconocerte, en todo aspecto y que este tipo de situaciones no te pillen por sorpresa y que por el contrario respondas con un “dime algo que no sepa de mi“.
En mis sesiones on line te enseño el “como”
Escrito por Erika Zárate, Coach Emocional, madre de 3 hijas, especialista en limpiar mocos y preparar espaguetis a la boloñesa en 20 minutos y me quedan de muerte.
Si quieres y te apetece que hablemos, te escucho.
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