El otro día comentaba que mi tristeza era tan inmensa y tan irracional por los últimos acontecimientos, que llegué a la conclusión de que no era en absoluto una reacción efímera como muchas otras que he experimentado durante el transcurso de mi vida.
Esta era especial, esta me había tocado las fibras más sutiles, había sido la explosión de tantas emociones sumergidas en el adormecimiento y que por el cansancio mismo de ser ignoradas, alzaron la voz cansadas mostrándome que desde niña he vivido y he crecido en una especie que está perdida y que no se encuentra.
Al parecer esto de dedicarte al desarrollo personal, parece más una casa de beneficencia que un trabajo serio, profundo, con procesos experimentales como cualquier otra labor, con muchas herramientas fundamentadas y vitales para el ser humano, tan importantes como cualquier otra para el desarrollo natural de nuestra especie.
Están quienes se burlan, quienes cuestionan, y quienes critican esta labor como en todo, como si nuestra humanidad fuera el claro ejemplo de autoconocimiento, autoestima, tolerancia, respeto y amor, sobre todo amor. Pero no es así, estamos en una sociedad enferma, vacía, perdida.
«Una especie que está explotando sus recursos naturales, autodestruyéndose por productos creados por la misma, no es una especia evolucionada, es una especie enferma en aras de desaparecer.»
En mi trabajo, encuentro muchas almas perdidas, tanto en los niños y niñas, como en las personas adultas, almas dormidas, miedosas, sumergidas en el silencio; como si esto de mirar hacia adentro, conocernos, y autodefinirnos, fuera más una cuestión inverosímil, que necesaria.
No soy la mejor en la gestión de mis emociones, ¡Claro que no! me equivoco constantemente; la diferencia radica en que un día aprendí que era fundamental para mi vida tanto personal como laboral, conocerme, analizarme y sobre todo aceptarme tal y como soy, con mis cualidades y defectos.
Tomarme el trabajo de encontrar quien soy y para que sirvo es una de las tareas en las que llevo trabajando mucho tiempo y seguiré en la búsqueda, por eso me encanta leer a personas que admiro porque creo que se han encontrado, es más, valoro su presencia en medio de una sociedad que está ávida de tantas cosas, pero sobre todo de amor propio y de tolerancia.
Siento que ha llegado el momento, que hemos tocando fondo con nuestro comportamiento, estamos a contra reloj, el tiempo está pasando es ¡URGENTE! que te detengas por un momento y que mires hacia tu interior, porque nuestra especie te necesita despierto, consciente y en consonancia con todo lo que ES y lo que existe para seguir sobreviviendo como especie…
Puedes empezar por una respuesta como esta:
¿Y tú, quien eres?
Photo Credit: Luis.labanderar
…ánimo y fuerza (tu los tienes, ellos no…)