…Hay muchas formas de confrontarse con el silencio, pero hasta hace unas semanas era una opción. Ahora ha sido una imposición de supervivencia. Ahora estamos al borde del abismo con un fuerte viento que sólo con los pies firmes y resueltos te puedes aferrar a la vida, SOSTENIENDOTE DE TI MISMO y de nada más, porque no hay un árbol del que sostenerse para no caer. Y eso genera vértigo.
El vértigo genera incertidumbre y miedo y es de vital importancia aprender a gestionarlo en momentos de crisis. Desde luego hay muchas opciones para sobrellevar esta situación y TODAS SON VÁLIDAS y humanas. Cada quién vive sus propios procesos de manera diferente y a su propio ritmo; pero antes está la importancia de empezar a practicar el respeto y la tolerancia por la forma en que los demás se comportan.
Desde luego, el silencio puede ser interpretado de muchas maneras, incluso hasta de ser complice de una fechoría, pero nunca se confundirá con una falta de respeto…
y si hay respeto,
no hay juicios
y si no hay juicios
hay libertad.
Y cada quien es libre de comportarse ante una situación como su entendimiento se lo permita, siempre que ese comportamiento no le haga daño a nadie.
Ahora bien, que a nadie le quepa la menor duda de que los reyes de la cuarentena son Don silencio y Doña quietud, dos “emociones” difíciles de gestionar cuando nunca te las han enseñado, y menos en una sociedad donde reinaba y se pavoneaba el ego.
Tampoco de forma voluntaria era algo que las personas quisieran experimentar por iniciativa propia, porque el silencio es algo que asusta por el ruido que genera el movimiento de enfrentarse con el “yo”.
Ese “yo” es algo que la mayoría de personas rechaza por que ese “ruido” puede llegar a ser insoportable, simplemente porque no hay una aceptación de sí mismos. No les gusta lo que ven y prefieren evadirlo y en vez de habitar en su silencio y escucharse para reconocer su fragilidad, prefieren rellenarlo y esta opción como lo dije anteriormente es válida y respetable, hace parte de su proceso evolutivo.
Teniendo en cuenta esto, el silencio se puede rellenar de muchas formas..
Rellenar es agobiarse quejándote por no poder salir.
Rellenar es perder el tiempo presente obsesionandose por ese día en el que saldrás.
Rellenar es contar los días para ver cuando saldrás.
Rellenar es no ser consciente de que el día que puedas salir, estarás con más miedo del que sientes hoy.
Rellenar es no saber que hacer con la libertad de salir cuando la poseas.
Rellenar es estar pre-ocupado de algo que probablemente no suceda en un futuro próximo y que no existe.
Rellenar es negar la existencia del presente.
Rellenar es añorar “volver a”.. cuando en realidad de esta cuarentena, nadie va regresar igual.
En cambio el silencio solo se habita cuando te ocupas de lo que posees ahora y lo que posees es vida y con eso basta.
Y cuando sólo estas pensando en el “cómo relleno todo este tiempo perdido” en vez de ocupar tu tiempo para sentirte mejor contigo mismo aquí y ahora..
Es porque aún no has entendido que esto va de “decidir habitar tu silencio” y de ocupar tu tiempo de la forma que a ti te parezca con la simplicidad de las cosas que te hacen feliz con la finalidad de sentirte a gusto contigo mismo, porque quien se siente a gusto en cuarentena consigo mismo, se sentirá a gusto consigo mismo para toda la eternidad.
¿Quieres aprender a escuchar y gestionar tus silencios?
Ponte en contacto conmigo..
Escrito por Erika Zárate Coach Emocional, madre de 3 hijas, antes de la cuarentena era especialista en limpiar mocos y preparar espaguetis a la boloñesa en 20 minutos y me quedan buenísimos.. pero es que ahora me he vuelto experta también en tortitas (pancakes) de chocolate para desayunar y en maga, porque convierto el tiempo en vida.
Si quieres y te apetece que conversemos, te escucho.
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