Cuando comienzas a poner en marcha una idea, además de ser una experiencia muy emocionante, te dejas llevar por la alegría y el entusiasmo que esto conlleva, hablas de tu idea, la imaginas, la visualizas, son días excitantes y por ende muy movidos por la energía que emanas hacia los demás.
Sin más, haces que tus días tengan sentido, tengan un norte, incluso sean más bonitos, estas súper contento, tienes una ilusión, pues ya deja de ser una idea para convertirse en un proyecto, ¡tienes un proyecto!.. un sueño, ¡tu sueño!…
Pero con el paso de los días, empiezas a poner los pies en la tierra, a darte cuenta que no todo es tan fácil como lo imaginabas, que además de la finalidad de tu proyecto, este requiere un esfuerzo constante, una inversión de tiempo, una inversión específica de dinero, papeleos, aprendizaje y demás cosas terrenales que desde la perspectiva ensoñadora no percibías y que por norma general hay que hacer. Así, de esta manera hay que darle forma y fundamento, bases muy sólidas a ese proyecto para que tenga un objetivo claro y sea útil a la sociedad.
Bien, pero durante este “largo” camino, muchas veces acertarás y otras veces te equivocarás y aprenderás, eso hace parte de tu proyecto, hace parte de la vida. La cuestión es que muchas veces te pierdes por ese camino, te diluyes, te desenfocas, te distraes con otras cosas muy sutiles que te hacen pensar que están siendo productivas y rentables para tu proyecto y por el contrario, sólo te hacen perder el tiempo, el norte, el foco, ¡Tu Foco!
Por esta misma razón es de suma importancia que cuando comiences con una idea, hazte estas sencillas preguntas:
- ¿Quién eres?
- ¿Cuál es tu misión?
- ¿Para qué sirve tu producto/servicio?
- ¿Dentro de tu sector, cual es tu especialidad?
- ¿Que aporta tu producto/servicio a la sociedad?
Una vez tengas estas respuestas y las tengas claras, apúntalas en un sitio especial, de fácil acceso donde las puedas leer cada vez que lo necesites, porque durante tu aventura como emprendedor… ¡las necesitarás más de una vez!.. porque te perderás, pero no te desanimes, eso no es malo, sigue adelante, no te preocupes suele pasar.
¡Así es de que léelas cuantas veces sea necesario y vuelve a tu fuente, sé tu mismo y continúa!
