Vivimos tiempos en los que parece que estamos en una carrera a contra reloj y es algo que se ha ido incrementando a medida que han ido pasando los años; es como si con cada año que pasa pisáramos con más fuerza el acelerador y no quiero imaginarme a donde vamos a parar con tantas prisas. Seguro que a ningún lado.
Aún recuerdo de pequeña tardes eternas, en las que sin más, el tiempo simplemente se detenía y podría describir con exactitud muchas de las experiencias tan agradables que viví, pero no me voy a detener a contarte cuales fueron, si no el cómo sucedieron y de que manera algo tan sencillo hacia que esos momentos fueran realmente especiales y sobre todo tranquilos; ofreciendo a mi vida calma y serenidad pues es eso lo verdaderamente importante, lo que te dejan este tipo de experiencias.
Pues bien, es algo tan simple como quedarte en tus silencios; si, en principio esto probablemente te parezca hasta aburridor porque claro, con tantas cosas “importantes” por hacer, me dirás:
¿Y cómo de donde saco el tiempo?
Lo primero que te diré, que como todo en la vida, esto también, es cuestión de actitud, de querer.
Segundo, analiza en que momentos tienes la oportunidad de estar contigo mismo y si te das cuenta de que no los tienes, créalos.
Tercero y último quédate ahí, pero ¿eh?.. sin móvil, sin televisión, sin nadie, quédate contigo, en silencio, sin sonido alguno; observando como un simple espectador…
Quédate en las mañanas cuando abres lo ojos,
quédate en tu taza de cafe contemplando el amanecer,
quédate cuando vas a por el pan,
quédate cuando comes en la mesa,
quédate en las miradas de la gente,
quédate en ti, disfruta de ti, habita tu ser y utiliza tus silencios para estar.
Porque solo así te darás cuenta de que esta vida es mucho más que ir de prisa, que del afán sólo queda el cansancio y el vacío.
¡Feliz semana!
Photo Credit: bachmont