Es curioso pero tenemos una facilidad absurda para perdernos en este camino llamado vida; y es algo muy frecuente de lo que nadie habla. Perderse en el camino es un acto tan natural como respirar, la vida está llena de contradicciones y de injusticias que el cerebro no logra asimilar automáticamente, lo que sucede es que con el pasar del tiempo comienza a ver la cosas con claridad y es ahí cuando llega el aprendizaje y empiezas a recuperarte.Una de las cosas más interesantes que sucede al tener contacto con los mandalas es la capacidad que tienen para recordarte la importancia de regresar a tu centro y de esta manera volver a habitarte.
Y cuando me refiero a recuperarte no me refiero al mero hecho de volver a la normalidad después de un fuerte constipado o de una enfermedad; me refiero al acto consciente de volver a ti, volver a tenerte de regreso después de haberte ido detrás de la tristeza, de la rabia ó de la decepción quedándote ahí, reposando en esa emoción, dejando a tu ser vacío, deshabitado de ti.
Y la probabilidad de que esto suceda es bastante alta, pues no has aprendido a recuperarte de una cuando ya estás metido en otra y así sucesivamente; acumulando una serie de emociones que se quedan colapsadas, manifestándose en enfermedades y conductas nada agradables para ti, ni para tu entorno.
Hace unos años atrás era inviable aprender a gestionar este tipo de situaciones, ahora estamos despertando, estamos recordando una cantidad de conocimiento ancestral y también se han creado terapias más contemporáneas que te enseñan a manifestar de una forma u otra esas dolencias emocionales canalizándolas para sacar el mejor provecho de ellas.
Es por esta razón que colorear mandalas es una de tantas terapias de relajación y liberación emocional que hará que regreses a ti y que retornes a tu centro, devolviéndote la serenidad que tanto necesitas.
Entonces ¿Qué esperas para regresar a ti?
¡Que tengas una bonita semana!