No todas las mujeres amamos los bolsos y los tacones 

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En una sociedad que esta llena de estereotipos; es decir, que no hacemos otra cosa que imitar los comportamientos de otros, es difícil reivindicar lo autentico y lo que es real. Pero bueno siempre se puede comenzar por el principio..

Empecemos por un concepto tan subjetivo como es la belleza, por ejemplo; de esta palabra hay millones de definiciones ya que lo que para unos es bello para otros no lo es y así podríamos estar durante mucho tiempo, definiendo conceptos que no son otra cosa que el reflejo de una sociedad que se perdió y que se está reencontrando.

No estoy escribiendo esto en contra de, si no con el clamor de algo que parece inexistente y que incluso puede hasta parecer raro y es algo tan simple como que:

No todas las mujeres amamos los bolsos y los tacones, por el contrario amamos los libros, las bibliotecas, andar descalzas y sin maquillaje.

Y ser un “bicho raro” por decirlo de alguna manera, me ha hecho pasar muy malos momentos; porque nunca he sido esa chica que se va tardes enteras a centros comerciales con la típica bolsa de tienda llena de vestidos y no estoy diciendo que eso este mal, ni mucho menos; oye cada una es como es y es totalmente respetable, pero por favor, recuerda que las generalizaciones son odiosas.

Admito que cuando tengo alguna ocasión especial, puedo fijarme en algo que me gusta, me lo pruebo y si me gusta me lo llevo y ya esta, pero también admito que me decanto por zapatos bajitos y con los dos bolsos que tengo me basta; además me cerciore en su momento de que fueran de color neutral para que me pegaran con todo (por cierto uno de ellos no es bolso, es una mochila artesanal preciosa) y como si fuera poco, esas cosas llamadas tacones que para mi no son otra cosa que torturadores de pies, hace mucho tiempo que no hacen parte fundamental de mi armario, es más con un par de zapatos negros que tengo y que pegan con todo, lo tengo arreglado, si ya lo sé, soy muy simple.

Pero lo que más me sorprende es que conozco a un montón de mujeres como yo, que son de una belleza particular esas que van con su cara casi natural, siempre con zapatillas de deporte o zapatos bajitos, cómodos porque el día a día muchas veces parece más una maratón que una pasarela de moda, la rutina es tan fugaz que no da tiempo ni a mirarte en el espejo; pues hay formas de reflejar la belleza y no es precisamente en el espejo, sino en el reflejo de una conversación interesante, al sonido de un instrumento musical o de una mirada profunda.

Seguramente esa tarde de compras también para ellas es un cuento de películas de Hollywood y poco más, pues somos muchas las que amamos la libertad de las caras lavadas, de los pantalones sueltos, zapatos bajitos, la ropa floja ya que la comodidad juega un papel vital.

Pues eso, en definida es muy importante que tengas en cuenta que hay que darle voz a ese gran colectivo de mujeres que amamos las tarde enteras de té y un buen libro, ó de sumergirse en el silencio y el calor de una librería, escudriñando que te vas a llevar para devorártelo; recuerda que hay tacones de tacones, quienes se dejan combinar con un buen libro, pero también con un buen vino.

Que tengas un lindo día 😉

Photo Credit : Fabio Tellez

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