Una de las cosas que más ha cambiado mi vida para bien ha sido aprender a simplificar y a decir que no, pues ahora tengo más tiempo libre, (si como lo oyes tiempo libre para hacer lo que me apetece) y así no ir tan agobiada con miles de actividades al día.
Y es que parece una tontería pero el hecho de minimizar dichas actividades repercute directamente en tu estado de ánimo, pues cuando te exiges tanto para llegar a todo y cuando por algún u otro motivo no puedes, reaccionas de mala manera, enfadado, nervioso y hasta decepcionado causándote cierto malestar que puede terminar en enfermedad en la mayoría de los casos.
Bien es cierto que estamos en los tiempos de la inmediatez, de la rapidez y lo triste es que las confundimos con inteligencia y efectividad; y nos hemos olvidado de la belleza que genera la espera, donde brotan la paciencia, la calidad y retorna el ritmo natural de la vida, dejando que ella fluya sin más.
¿Y cómo se hace eso?
Empecemos por saber que es simplificar.
Simplificar es hacer más sencilla, más fácil o menos complicada una cosa; dicho esto analiza:
¿Cuantas actividades tienes por día?
¿En realidad son tan urgentes e importantes que no pueden esperar?
¿Es necesario que todos los fines de semana haya algo que hacer?
¿Cuando fue la última vez que pasaste un fin de semana en casa y en pijama?
Si tienes hijos…
¿Cual es la razón de que tengan 3 extraescolares?
¿Y porqué no quitarle 1 extraescolar?
¿ No crees que irías menos agobiado, tu y tu hijo si tienes 1 o 2 tardes “libres” a la semana?
¿Cuando fue la última vez que estuviste en casa todo el día sin hacer nada?
¿Haz dicho alguna vez que NO a algo?
¿Cuando fue la última vez que tuviste tiempo libre?
¿Acaso tienes tiempo libre?
El tiempo libre es ese LUJO que tienen algunos que se han dado cuenta que la vida no es otra cosa que los momentos que disfrutas.
Es ese momento en el que no tiene compromisos de ningún tipo, es un vacío en el tiempo, que aunque lo ocupes en algo, será precisamente en eso que disfrutes hacer leer, caminar, escuchar música o simplemente mirar para el techo.
Además de ser saludable, hace que retorne en ti la calma, la reflexión, te da discernimiento y que de alguna manera organiza tus ideas.
¿Qué esperas para regalarte tiempo libre?
¡Que tengas un día libre estupendo! 😉
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