No hay nada en el mundo emocional que este ubicado en un sitio exacto, por tanto, no hay que buscar nada porque no hay una meta a la que llegar, ya que todo se crea desde una actitud, pero sobre todo desde la toma de desiciones.
La felicidad es un concepto de por sí, subjetivo, cada quien tiene sus prioridades y les da valor según sus necesidades, por ende, estandarizar un concepto tan polifacético puede llevar a confusiones. Además, estamos en una época donde se ha glorificado la felicidad como si fuera el único estado emocional valedero, como si sentir otro tipo de emociones como la tristeza, la frustración, la rabia, no fueran propios y naturales del ser humano como vías de expresión.
Bueno, tampoco es de extrañar que una raza que se está estrenando a nivel evolutivo con las emociones, no ande como niño con juguete nuevo, puesto que el conocimiento sobre las emociones no lleva más 100 años entre nosotros, y los seres humanos tenemos una edad aproximada de 2,5 millones de años con las primeras apariciones del género Homo.
Con lo cual el tema emocional es algo relativamente nuevo para nuestro desarrollo como especie, desde este punto de vista es hasta obvio que la felicidad se haya puesto de moda porque hemos pasado de estar más contenidos a nivel emocional a manifestar emociones de fácil demostración como la alegría y el disfrute.
Un ejemplo claro de esto, son las fotos antiguas, si echamos la vista atrás en las fotos de nuestros antepasados podemos observar que sonreír era casi algo inmoral, algo que no estaba bien visto y que por respeto las expresiones faciales no se manifestaban con facilidad.
A simple vista a día de hoy sabemos que eso ha cambiado del cielo a la tierra, hemos pasado de la demostración de la seriedad y del “mantener las formas” al exceso de todo tipo de gesticulaciones a través de las fotos y eso hace parte natural de nuestra evolución emocional.
Estamos en un proceso de descubrimiento de dicha parte emocional y ahora todo es nuevo incluso la felicidad, es como si la estuviéramos estrenando y por eso alardeamos de ella de forma errónea, poniendo a la felicidad en un lugar como si se tratase de una meta a la que llegar, cuando en realidad no hay que buscar, porque la felicidad no está en ningún lado, simplemente es algo que se manifiesta en el día a día con tu actitud.
La felicidad no existe, porque la creas tú,
la creas con tu sonrisa, cuando bailas,
cuando pronuncias palabras bonitas,
cuando tus brazos se convierten en refugio,
cuando contemplas el amanecer,
cuando descubres el placer de las pequeñas cosas,
cuando regalas presencia, cuando respiras,
y cuando te das cuenta de que eres el creador de tu felicidad,
porque ser feliz es una decisión.
¡Así es de que no busques más, crea tu felicidad!
Photo Credit: Jbenayas
Escrito por Erika Zárate Educadora Emocional y madre de 3 hijas.
Especialista en limpiar mocos y preparar espaguetis a la boloñesa en 20 minutos, me quedan buenísimos y últimamente me he convertido en maga, porque convierto el tiempo en vida.
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