Hay muchas palabras que necesitan reivindicación y libertad, pues bien, rendirse es una de ellas, puesto que a lo largo de la historia se ha utilizado como sinónimo de fracaso y pérdida; y la verdad es que no hay nada más sanador que rendirse para liberarse.
Esto en principio, puede sonar hasta paradójico, porque, claro..
“¿Rendirme yo? Si lo que tengo es que seguir luchando, porque la vida es una lucha.”
Y así te pasas toda una vida, sin quitarte los guantes, dando puños a todo lo que se te atraviesa, luchando y luchando, consiguiendo así que todo sea una guerra, porque la lucha es para oponerse y para imponerse de cualquier forma y a como de lugar, porque claro, se tiene que hacer todo como yo lo digo.
Como si esto fuera poco, una vez has conseguido el objetivo; te sientes “realizado” porque diste puños como boxeador para conseguir lo obtenido y te sientes satisfecho e incluso orgulloso por la labor cumplida.
Ya. Pero la vida no va de lucha.. ¡Bienvenido al nuevo paradigma!
Esto es algo que cuesta entender y mucho, y más cuando te lo han tatuado en la piel con el ejemplo tus padres y todo tu linaje. Linaje que por cierto, nunca se permitió la otra opción que se llama rendirse y dejar que todo fluya.
Es importante que comprendas que luchar es una palabra que te desgasta física, mental y energéticamente, te puede hasta matar, porque en la mayoría de casos, por mucho que luchas no consigues lo que quieres y por el contrario el cansancio y la decepción es enorme.
Pero cuando sueltas, aceptas y además te rindes ante una situación, ya no hay desgaste alguno, solo hay fluidez, porque te permites descansar en una situación que no puedes controlar; porque recuerda que en la vida, muchas situaciones, por no decir todas, son incontrolables.
Porque luchar es querer cambiar al otro,
es querer cambiar una situación,
es ir en contra de lo evidente,
es oponerte a lo natural,
es imponerte arbitrariamente,
es no aceptar los ciclos naturales de la vida para disfrutarlos, dejando de lado lo verdaderamente importante, porque cuando luchas te obsesionas con algo que crees es lo mejor para ti y para los demás comportándote con cierto aire de agresividad.
En cambio, rendirte te da paz, te devuelve la calma, te sitúa. Cuando te rindes y continuas ocupándote de ti que es lo único que puedes controlar, empiezas a gestionar tus emociones; vas actuando de acuerdo a lo que va llegando, no hay esfuerzo alguno y de una forma natural todo se va colocando en su lugar y vas recuperando la fe y la confianza en lo que será, quitándote miedos e inseguridades.
Pau Dones el cantante de Jarabe de Palo, lo tuvo claro cuando supo que su partida era evidente, dejo de luchar para vivir, porque era precisamente eso lo único seguro que tenia: VIDA.
Y si te das cuenta es lo único que tú ahora posees… ¡VIDA, DISFRÚTALA!
La lucha es miedo, en cambio la rendición es fe y cuando te rindes ante la vida, ante el ahora tal y como es, puedes llegar a ver la belleza de la vida incluso en la muerte.
¿Qué esperas para disfrutar de tu vida?
Escrito por Erika Zárate Educadora Emocional y madre de 3 hijas.
Especialista en limpiar mocos y preparar espaguetis a la boloñesa en 20 minutos y me quedan buenísimos, y últimamente me he convertido en maga, porque convierto el tiempo en vida.
Me encanta ESCUCHAR, si quieres comentarme algo ponte en contacto conmigo.
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Photo Credit: El hormiguero